segunda-feira, 7 de outubro de 2013

La mitad de los habitantes de un pueblo son agresores sexuales

 

En Miracle Village viven unas 200 personas y más de 100 cometieron delitos sexuales. Así lo demostró un informe de la BBC, que dio a conocer las leyes que los invitan a instalarse y las historias de los vecinos que, día a día, conviven con el peligro. Te invitamos a conocer una alternativa a la cárcel y a la prisión domiciliaria y, por supuesto, a darnos tu opinión. 


Miracle Village es una aldea ubicada al sur de Florida, Estados Unidos. Como está rodeada de vegetación, era el hogar de los cortadores de caña y sus familias. Pero en los últimos años se instalaron allí más de 100 personas (la mitad de su población) que fueron declaradas culpables de delitos sexuales, según un artículo publicado en la BBC.
“Entre los agresores hay una mujer y el resto son hombres. Algunos vieron pornografía infantil o acosaron sexualmente a sus hijos. Otros abusaron de menores cuando estaban en posiciones de poder: un profesor, un pastor y un entrenador de deportes. Hay quienes estuvieron en la cárcel por desnudarse en público y varios sentenciados por tener relaciones sexuales con novias que aún no habían cumplido la edad legal”, describen en la nota.

¿Por qué van a parar ahí?
La ley del estado de Florida exige que los agresores estén lejos de los menores de edad. Deben vivir a más de 300 metros de una escuela, guardería, parque o lugar de juegos. Algunas ciudades extendieron esas restricciones a 760 metros y en algunos casos sumaron lugares como piscinas, paradas de autobús y bibliotecas. Entonces, ¿dónde pueden vivir los que cometieron un delito sexual? Miracle Village se convirtió en una opción atractiva porque es un área muy poco poblada y porque allí vive una pequeña cantidad de niños.  
Con frecuencia llegan solicitudes de personas que quieren vivir ahí: "entre 10 y 20 a la semana", le dice a la BBC Jerry Youmans, el coordinador de admisiones, que también es un delincuente sexual inscrito. "Tratamos de no aceptar gente con historial de violencia o drogas o a personas diagnosticadas como pederastas -alguien que sólo se excita sexualmente con niños-. Queremos proteger a los que ya están aquí y a los que estaban antes de que llegáramos", le explica al medio.

Mi vecino, el agresor
Christopher Dawson es un agresor sexual inscrito que tiene prohibido hablarle a los menores de edad. Cuando tenía 19 años tuvo relaciones sexuales (que él dice fueron consensuales) con una chica de 14. Luego violó los términos de su libertad condicional. Un juez ordenó que se fuera a vivir a Miracle Village, como alternativa a una larga sentencia en prisión. "A fin de cuentas, ha sido una bendición. Fue difícil dejar a mis padres pero siento que tengo un destino en Miracle Village. Me siento en casa y a salvo aquí... Quiero a la gente", le cuenta a la BBC. "A pesar de que tengo la etiqueta de agresor sexual, no soy un monstruo. Cometí un error y enfrenté las consecuencias", agrega.
Pero, por supuesto, algunos habitantes se quejan de los vecinos que les tocó tener. Por ejemplo Kathy, que fue violada cuando era adolescente mientras la amenazaban con un cuchillo. Aunque ya pasaron décadas, el recuerdo sigue intacto. “No pienso que sea ningún milagro", dice sobre Miracle Village, que se podría traducir como “Pueblo del milagro”. "Quizás lo es para los delincuentes sexuales, pero para mí es más como una pesadilla", opinó ante la BBC.
Los agresores viven bajo un control permanente. La detective Courtney Minton se encarga de verificar direcciones y asegurarse de que los residentes registraron sus datos de acuerdo con la ley. Conoce muy de cerca a los criminales. "El exconvicto que acabo de chequear es un caso en el que trabajé hace unos años: estaba abusando de sus hijas. Presenté cargos en su contra, trabajé en la investigación y luego estuvo en la cárcel y salió. Ahora me corresponde vigilarlo", le contó a la BBC.
El gran debate es si la seguridad de la población está garantizada. “Quienes se oponen a la ley dicen que no hay evidencia empírica que muestre que la tasa de reincidencia es menor entre los delincuentes sexuales que viven lejos de lugares como los colegios. Quienes la apoyan argumentan que es cuestión de sentido común: si uno deja a agresores sexuales merodear por donde se reúnen menores, el riesgo aumenta”, explican en el artículo y concluyen: “muchos de quienes residen en Miracle Village lo hacen porque no pueden encontrar ningún otro lugar en Florida que cumpla con la ley. Para otros, es su hogar”.

¿Estás de acuerdo con que exista un pueblo como Miracle Village, donde puedan vivir los agresores sexuales alejados de los niños? ¿Pensás que es un lugar seguro para los vecinos? ¿Es una buena alternativa, o preferís un sistema como el nuestro, con cárceles y prisiones domiciliarias? Abrimos el debate. 

Fonte: Clarín